domingo, 9 de junio de 2013

Lo que aprendí en el curso de guión.

El año pasado, antes de recibir el tan esperado contrato para publicar, me apunté a un curso de guión, pensando, pobre de mí, que podría ganarme la vida escribiendo guiones para televisión.
En un principio, parecía una idea razonablemente acptable. Soy muy bueno inventando historias, y son relatos mucho más originales de lo que se ve hoy en día en televisión. Ingenuamente, estaba convencido de que podría crear alguna serie o telefilm de género...
En un primer momento, me recordaron lo más fundamental en cualquier relato, que tienen tres partes; el principio, el desarrollo, y el final. Cuando profundizaron en este aspecto, me di cuenta de que mi novela tenía  esta estructura, y que estaba mucho mejor escrita de lo que suponía. Incluso tenía sus cambios de giros. Encontré lógico que la eligieran para publicarla. Es más, me despreocupé de promocionarla, ignorando que hoy en día, los escritores estamos obligados a abrir blogs como éste para que nos demos a conocer.
No obstante, aprendí otra cosa más dolorosa, el motivo por el que cada vez se emita menos ciencia ficción por televisión, al menos, aquí en España. Los productores están convencidos de que no se ve esta programación.
Me parecía incomprensible, hasta que entendí cómo se miden las audiencias. Resulta ser que hay cierta empresa que se dedica a colocar audímetros, unos aparatitos muy parecidos a los recientes adaptadores a la TDT, que vienen con un mando a distancia muy especial. Con estos dos aparatos, la empresa que suministra el audímetro, puede saber qué canales se ven más, a qué horas, y cuáles son los miembros de la familia que están viendo la televisión.
Ahora bien, hay demasiados televisores en este país, no hay audímetros para todos. Entonces, la propia empresa se dedica a hacer un muestreo, y suelen elegir hogares habitados por familias de tipo medio (hijos, padres, abuelos... ). Y con esta muestra, se hace luego un sesgo, una estimación de la población.
Es decir, que cuando por los viernes por la noche, yo estaba viendo Stargate Universe, según la empresa de los audímetros, yo estaba viendo el programa musical de la cadena autonómica...
Claro está que resultaría prohibitivo poner audímetros en todas las casas. Además de que la empresa gastaría un dineral, se podría tomar como un atentando contra la intimidad de nuestros hogares. Sin embargo, esta selección de muestras nos hace llegar a una amarga conclusión.
Según las empresas que miden la audiencia, nosotros, los frikis, ¡no existimos!
Ya veía imposible que se emitiera la nueva serie de Battlestar Galactica por televisión.
Comprendí entonces porque no se hace ciencia ficción en España. Ninguna productora quiere correr el riesgo de invertir en productos de género. Y como consecuencia, se termina por hacer series clónicas, siempre lo mismo, siempre lo mismo, siempre lo mismo...
Y la dichosa crisis económica, agrava el problema, por lo que las cadenas invierten en programas de tertulias con más de cuatro horas de duración.
Y de ahí, la disparidad existente entre los datos de las audiencias y los datos de taquilla. Porque yo, cuando voy al cine, la mayoría de las veces termino en la sala más grande, viendo una película que termina siendo la más taquillera de la semana. Eso significa que mis gustos son del montón, que mis relatos conectan con el gran público, diga lo que diga un experto en audiencias.
Así que como tenía claro que no me iban a valorar mis ideas en el mundo de la televisión, decidí limitarme a terminar el curso, y en escribir novelas para mi gente, los frikis, que estamos hartos de ver siempre lo mismo, que tenemos curiosidad por ver cosas nuevas, aprender, vivir grandes aventuras a través de nuestra imaginación.
Sin embargo, no caí en la cuenta que mi nombre no vendía. Los frikis a los que escribo, no me conocen. Y sí, tengo que ser pesado, y por eso digo; ¡Frikis del mundo! ¡Uníos! ¡Demostrad que somos más de lo que la gente "normal" cree! Comprad mi novela chula; no os arrepentiréis.

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