viernes, 14 de junio de 2013

Sobre cómo me surgen las ideas y de títulos fallidos.

Es curioso cómo trabaja la mente de un escritor después de varios años de entrenamiento mental.
La historia de "El polizonte del Philadelphia" surgió después de un verano de descanso. Harto de trabajar gratis en mi piso, presentando mis comics a concursos con resultados infructuosos, un buen verano, un pariente mío me regaló unas cuantas novelillas de Ediciones B, esas típicas publicaciones de violencia, acción y ciencia ficción, en donde el protagonista masculino siempre termina emparejado.
Fue una experiencia catártica. Me quité de encima toda mi tensión de dibujante de comic frustrado. No obstante, mi mente fabuladora seguía trabajando. Empecé a tomar elementos de tal novela, o de otra, formándose un relato totalmente original. Y cuando comencé a escribirlo, se me vino una imagen a la cabeza,  de donde saldría el resto de la historia de una manera completamente orgánica.
Esta imagen, la de los dedos de un ser oscuro y amenazador asomándose entre las rendijas de un fuselaje dañado, cubierto de una exótica vegetación alienígena, fue el germen de todo. Cuando comencé a escribir, ya sabía cómo empezar, incluso tenía alguna de idea de cómo iba a terminar. Desconocía lo fascinante que iba a ser realizar este viaje que quiero compartir con todos vosotros.
Pues cuando empecé a escribir, no sabía que iba a hablar de una IA con un extraño interfaz orgánico, ni de terminaría por hablar de arqueología extraterrestre. Es más, ignoraba la verdadera naturaleza de este ser enigmático.
Y de esta imagen, también salió el título de "El polizonte del Philadelphia", mi primera opción, que bien pensado, tenía que haber desechado antes de formalizar la publicación.
Lo de bautizar a mi nave antigua con el nombre de Philadelphia fue un acierto. Es una referencia a cierto experimento que se hizo en la ciudad homónina durante la segunda guerra mundial. En un intento por idear un método para ocultar los barcos de guerra de los radares enemigos, se creó un campo electromagnético en torno de una embarcación. El resultado fue impredecible. El barco desapareció físicamente del puerto, ante la vista de cientos de testigos. Minutos después, la mencionada embarcación volvió a aparecer, con la mayor parte de su tripulación gravemente herida, llegando a aparecer cuerpos moribundos literalmente fundidos a la cubierta... Se dice que este incidente fue un intento de abrir un agujero de gusano, una especie de pasadizo interdimensional que comunica dos puntos separados del universo. Y el Philadelphia, el gran navío de mi novela, viaja precisamente con este método. Así pude escribir un relato donde una humanidad avanzada tecnológicamente tiene que encontrar esta nave primitiva que ha estado en un lugar muy lejano en el universo...
Sin embargo, lo del polizonte, fue un batacazo. Cuando se publicó mi novela, se me ocurrió consultar en un simple diccionario, nada más que para pasar el tiempo. Mi novela tenía que haberse titulado "El polizón del Philadelphia". Sin embargo, como ya estaba registrado, no se puede cambiar el título, para mayor vergüenza mía.
No obstante, lo del polizonte no va muy descaminado para definir al monstruo de la imagen de arriba. "Polizonte" es un termino despectivo para denominar a un agente de policía., y suele utilizarse para definir a policías que muestran un comportamiento violento y corrupto, que se toman la justicia por su mano.
Y francamente, mi criatura es así, un ser que está tan convencido de su superioridad, que se cree que es una especie de divinidad, un guardián del orden y de la paz (de SU orden y SU paz).
Así que desde este punto de vista, la novela no está tan mal titulada...

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