viernes, 12 de julio de 2013

Sobre el por qué de que los protagonistas de las películas de terror españolas suelen perder.

En los últimos años, hemos sido testigos de un aumento de producción del terror nacional. Son obras hechas por gente con talento, muy audaces, que se atreven a cumplir con sus sueños, haciendo realidad sus pesadillas...
Claro está que apruebo estas iniciativas, pues la gente que se atreve a realizar cosas nuevas, son las que consiguen innovar, y sus trabajos hacen que el cine español esté cada vez más cerca (aunque todavía falta muuuucho) de que se convierta en una industria, una fábrica que convierta en imágenes y sonido cualquier cosa que un guionista patrio pueda concebir.
Sin embargo, he notado una curiosa constante en el género de terror patrio; que sus protagonistas suelen perder, que son superados por las circunstancias, cayendo, en los últimos cinco minutos de película, en trampas producidas por elaboradas redes conspiratorias de origen sobrenatural...
Este fenómeno no se suele dar en el género de terror americano. A menudo, los protagonistas consiguen hacer frente a los peligros que les acechan. Buen ejemplo de ello, son las cintas basadas en las novelas de Stephen King, en donde lo normal es que los personajes principales consigan salir airosos de situaciones realmente escalofriantes...
Pero este otro fenómeno tiene su explicación lógica. Si analizamos la memoria histórica de Estados Unidos, una nación que fue fundada a partir de una revolución, que se expandió exterminando y desplazando a los nativos, que sufrió una guerra civil, y cuyos ejércitos se alzaron victoriosos en la mayoría de las guerras en las que participó, enriqueciendo, a su vez, la economía del país...
Con estos antecedentes, la conclusión a la que llega cualquier norteamericano medio es bien clara; la violencia es beneficiosa y muy productiva. ¡La lucha es útil!
Y es una conclusión, que además de explicar por qué los protagonistas de sus historias de terror salen victoriosos, también nos aclara el continuo auge de su cine de acción, y de su lucha legal para que cualquier ciudadano pueda poseer una arma...
En cambio, la historia de España es diferente. Durante el final de nuestro periodo colonial, fuimos perdiendo poder cada vez que un nuevo país sudamericano se independizaba. Y la gota que colmó el vaso llegó en 1898, cuando fueron los propios yanquis los que nos echaron a cañonazos de Cuba. Y para mayor calvario, sufrimos una guerra civil que todavía, hoy en día, divide al país en dos diferentes grupos con distintos puntos de vista políticos...
¿Y cuál es la conclusión a la que llega un españolito medio al analizar su memoria histórica?; que la violencia no es beneficiosa, que es destructiva. ¡Luchar es inútil!
Y de ahí, que la mayoría de los protagonistas de las películas de terror patrio lleguen a terminar mal en la mayoría de las ocasiones. Supongo que si alguno pudiera salir con vida, sería como un insulto al sentido común del espectador español medio.
No obstante, en "El Polizonte del Philadelphia", me animé más por el enfoque yanqui...
¿O no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario